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La periodoncia es la ciencia que estudia la enfermedad periodontal, que a grosso modo, vamos a dividir en mucositis y periodontitis.
Los dientes se encuentran alojados en los alveolos, unos “huecos” en el hueso con la forma de la raíz. La raíz del diente posee lo que llamamos periodonto, que es lo que lo sostiene.
El periodonto está compuesto por:
La enfermedad periodontal es una enfermedad infecciosa, es decir, está mediada por bacterias. Es también multifactorial, es decir, hay otros factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad o que impiden su correcto control.
Factores que influyen en periodoncia
Cuando un paciente padece mucositis, observamos una inflamación de las encías. La encía alrededor de los dientes se ve hinchada y sangra con facilidad. En estos casos sólo la parte superficial del periodonto está afectada.
Cuando un paciente padece periodontitis, la inflamación y la afectación se da en la parte más profunda del periodonto. En estos casos veremos, además de inflamación y sangrado de encías, pérdida de parte del hueso que sujeta ese diente, inflamación del ligamento periodontal etc.
La ortodoncia se basa en aplicar unas fuerzas continuadas sobre los dientes que produce el movimiento de estos gracias a que se produce un proceso de remodelación alrededor de las raíces.
Con la ortodoncia, aplicamos una fuerza continuada sobre los dientes que presiona ese periodonto. Como consecuencia el cuerpo reabsorberá el hueso de la zona hacia la que nos queremos mover y creará nuevo hueso en la zona que dejamos atrás. Todo esto ocurre gracias a las diferentes características del periodonto.
Hay un artículo de los Dres. Tortolini y Bodereau del 2011, sencillo, que al lector le podría ser interesante de leer que habla de ortodoncia y periodoncia. Uno de los apartados dice lo siguiente; “En movimientos ortodóncicos correctos se debe lograr el mayor movimiento dentario con fuerzas leves compatibles con la vitalidad de las células del ligamento periodontal, relativamente indoloro y con una remodelación ósea alveolar a partir de un mecanismo de reabsorción frontal.”
Es decir, la ortodoncia y periodoncia son compatibles, siempre y cuando se sigan una serie de pautas a la hora de realizar el tratamiento. Para un tratamiento exitoso en estos casos la ortodoncia deberá ejercer las fuerzas justas y necesarias y la periodoncia deberá estar perfectamente controlada evitando a toda costa una inflamación de las partes del periodonto.
Como se ha mencionado en repetidas ocasiones, los dientes están pensados para trabajar en conjunto, apoyándose unos sobre otros, por su anatomía y su función. Una boca con periodontitis, es decir, un boca donde los dientes han perdido parte del hueso que les sujeta se va a ver incluso más beneficiada de la ortodoncia.
Si tenemos ausencias dentarias y/o los dientes que quedan están torcidos o apiñados y además tienen pérdida de hueso, esos dientes van a perderse con mayor facilidad que si, a pesar de tener pérdida de hueso, están bien alineados y con todos sus apoyos. Un diente con menos hueso está más débil y si además no tiene “compañeros” cerca que le ayuden en su función o están torcidos, ese poco hueso que le sujeta va a sufrir más. La extracción es más probable en estos casos. Por esta razón, ortodoncia y periodoncia, deberían ir siempre ligadas.
En periodoncia, la prioridad es la salud, mantener los dientes sanos el máximo tiempo posible. Para ello nos ayudamos de la ortodoncia. Primero tratamos la periodontitis, saneamos las encías, desinflamamos el periodonto, y luego movemos los dientes para ayudarles a trabajar en armonía. Finalmente, reponemos los huecos en caso de haberlos y/o mejoramos la estética si el paciente lo solicita.
Imagen previa al tratamiento
Imagen post tratamiento
Sonrisa antes y después de ortodoncia y periodoncia en nuestra clínica.
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